Es necesario, dicen, saber ser lento, se debe saber callar.

Ricardo Piglia, Formas breves.


martes, 11 de diciembre de 2012

...


En ciertas horas,
cuando no estas enfermo de ensimismamiento y
el hastío no te acorrala con sus balaceras mentales,
te veo con bastante claridad
y eso me gusta. 


miércoles, 3 de octubre de 2012

SAUCE



Me quedé bajo el sauce
viendo como te marchabas
bordeando la línea del tren.


Y acá sigo,
viendo la sombra que fui esa noche
de neblina y luces anaranjadas,
en donde mi mano,
cubierta por las tripas del sauce,
acelera en la memoria
tu gesto paliducho,
tus labios rosaditos
y la grieta que dejo mi sombra
en la oscuridad.

jueves, 30 de agosto de 2012

ENTE


Impalpable al caminar de transeúntes temerosos de aire, miradas y susurros.  

viernes, 24 de agosto de 2012

Botellas al mar




Y tú quieres oír, tú quieres entender.
Y yo te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
Lo que escribo no es para tí, ni para mí, ni para los iniciados.
Es para la niña que nadie saca a bailar,
es para los hermanos que afrontan la borrachera
y a quienes desdeñan los que se creen santos, profetas o poderosos.


Jorge Teillier


jueves, 23 de agosto de 2012

Apuntes de oficina.


1
Despiertas y caes sobre la noche que se espanta, engrifa y clava sus púas en tu mejilla.

2

Pálida con tu puchero. Tus labios como trompita en los bordes del vaso de vidrio. Sufres, te desanimas. Vuelves.
Compartimos los audífonos, me presentas a un nuevo grupo. Descargo un disco y repito la formula.
Me quedo en silencio. No sé que contarte y el peso me hunde en el colchón. No sé si me miras como queriendo decirme que quizás me amas o que podrías llegar a hacerlo. O pidiendo auxilio. O admirándome. O  lamentando que yo me preocupe tanto por ti. O masticando la idea de un beso sin compromiso. Las posibilidades me fragmentan y me vuelven un idiota que piensa en lo poco atractivo que uno se vuelve al mendigar, o creer que se ha vuelto un mendigo del amor.

3

Me aconsejan inteligencia, planificación, táctica. Oración. Búsquedas. Dios sobre la mesa del domingo a las cuatro de la tarde que es la hora en que almorzamos en el día de alabanza y encuentro con los hermanos en Cristo. En Cristo y yo encrespado. Leito se desanima por mi vida espiritual.

4

Me doy vuelta los ojos y sobre el pellejo se proyecta el sueño que tuve la noche anterior, o la noche anterior de la anterior.  Todos corren buscando refugio en cerros imposibles de arena negruzca. Todos corren y algunos resbalan y ruedan y saltan y se maquillan de espinas y dardos y tropiezan y se refriegan la alergia y  no se soportan y se quejan y leen suicidas y no se suicidan mientras caen por el barranco. Y mientras algunos caen y siguen lijando sus vidas yo me acerco a un rompe olas en donde veo el cuerpo de la chica que amo enredado entre las algas y rodeada de surfistas vestidos de escalada.

viernes, 17 de agosto de 2012

Fragmentos


3

La noche cría cuencos cuando me resbalo y se trisan las costas.  

1

No me di cuenta de las primeras gotas que cayeron
ni de la canaleta que luego crujió a mis espaldas. 

martes, 22 de mayo de 2012

Proyecciones inconclusas.


Estamos boquiabiertos frente a un breve silencio que aprovechas para acercar dos de tus primeras preguntas ¿Qué se te ocurre? ¿Ya tienes algo escrito? Te respondo que no, que no se me ocurren muchas cosas y que no tengo nada escrito. Algo musitas con tus labios y luego me hablas sobre el silencio. Te escucho. Quiero escribir sobre estos momentos, no quiero complicarme mucho, te digo. Dale, me respondes. Arrancas un par de notas y las dejas reposar en el aire. Yo las miro y trato de acercarme a ellas. Algo insinuó sobre la hoja blanca, un precario gesto de mi asombro; nada muy importante. 

Te recoges y vuelves sobre las notas. Afinas tu guitarra, multiplicas el sonido. Ya es hora de partir, pienso. Noto que Simón está durmiendo sobre el toldo verde. Abro mis ojos y estas frente a mí, a tan solo unos centímetros de distancia. ¡Ya sé, inventemos un lago, su playa y un bosque! me dices. No sabes nada, pero tus pensamientos me otorgan el placer de lo ingrávido, pienso antes de contestar: Ok, inventemos nuestro propio lago con su playa y un bosque. 

viernes, 11 de mayo de 2012

El testigo


He  visto como se ha deformado con el aire y el viento
Como algunas aves se le han acercado para defecar en su espalda y picotear sus ojos
He visto como nubes ilusorias han cruzado sus portones de un salto
para dejar truenos y relámpagos en sus pulmones He visto como cae desde los años sin encontrar fondo balbuceando oraciones inconclusas en la hora de nadie Vi como perdió su gracia por la presión y como le cuesta planear cargando ese pellejo arrugado y sensible Pero algo noto en el algo que otros no verán pues solo soportan lo “bonito” No tengo claro que es pero creo que pronto estaremos conversando un café un cigarrillo o una cerveza Por ahora un punto una mancha que destiñe el cielo con su caída.

martes, 8 de mayo de 2012

Mortales enteros


Este poema ya no me causa gracia.

Mortales enteros

Somos mortales enteros,
nada nos distrae
si de costumbre se trata,
hasta que el amor llega,
se va, y uno que en esta orilla
preparando la próxima morisqueta.

martes, 17 de abril de 2012

Cuatro notas para un presente.



1.

Intacto tengo
a tus labios
en su puchero.

Y con esa imagen
me he pasado el día
silbando
entre automóviles,
invocando (inútil tarea)
explicaciones que
sepan reorganizar
la estructura ósea
de pensamientos
violáceos
y fluorescencias
indómitas
que circunvalan
en este acuario
sin vidrios. 

2.


En el fondo
bordee la cuneta,
camine sobre ella y
me acomode.
Y allí,
sin espacio ni lejanías,
pude fotografiar
tu transparencia
que vengo observando
desde aquel llamado
que hiciste desde el sur.

3.

Y ahora,
antes que termine mi noche,
me acerco a
rozar tu liviandad
para desaparecer
sin vértigos ni complejos. 


4.

Eres un presente.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Leñadores

Te encantan los leñadores vanguardistas y delgados,
bien delgados, esqueléticos;
todos tan hijos de su tiempo.

Todos tan inmersos en sus noches,
su música, sus palabritas, libros y
fotografías anaranjadas.

Ellos, cerditos que aman estar bajo tierra,
escupiendo tierra, jalando tierra, sospechando tierra,
masticando gusanos, revolviendo piedras y vuelta empezar.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Contra la muerte



Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y a siniestra con tal de prosperar en mi negocio.



No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.


¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?



Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento, allá abajo.



No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.



Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, por no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.



Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.



Contra la muerte, Gonzalo Rojas.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Mal de Diógenes


Hace algunas semanas atrás descargue desde acá el último poemario de Freddy Olguín (más conocido como Gen),  llamado "Mal de Diógenes". Un poemario de poemas cortos, medianos y descaradamente precisos. Poemario, que debo decir,  tengo impreso y cubierto por una carpeta transparente encima de mi escritorio y al alance de mis manos. En algunos días más pretendo escribir un breve y honesto comentario sobre el libro en general para ser publicado en esta revista comandada por dos buenos amigos que habitan al otro lado del océano.  Mientras tanto, les dejo un par de poemas de este acopiador de palabras, pensamientos y emociones que vienen, de seguro, para quedarse.

Ojo, no olvide visitar el blog del autor acá y de escuchar su música aquí. 





SMS
He pensado toda
la noche en ti
en tus ojos incoloros
y tu pelo azul
en las únicas palabras
de cariño o reproche
que se te ocurren
y que dices mirando
al piso
mientras caminamos
En los besos que no
he intentado dar
por miedo a perderte
He pensado toda la noche
en nuestros
largos abrazos de cuatro a.m.
que sirven para contener el deseo
pero no tienen ningún sentido
porque muy pronto te irás
a tu casa
a toda velocidad sin mirar
atrás
y yo estúpido como de costumbre
al día siguiente
no me acordaré de nada
escríbeme cuando llegues.


1. Parafraseos de asteroide
Toda la vida pensé que era un planeta.
Mal.
La vida es muy corta
y el mundo demasiado grande, sobra.
Sin embargo, estuve engañado creyendo
que nada es suficiente, mi recipiente
jamás estuvo lleno, pensé.
Pero no.
La autoestima demasiado alta y el ego bajo control,
siempre.
Todos los de verdad grandes
que giran a mi alrededor me miraban con sorna,
yo no me di cuenta en ningún momento.
Algunos alardeaban sus anillos,
otros sus incontables lunas,
algunos sus extraños e impenetrables climas.
Como me creía planeta yo estaba ciego,
nunca pedí ayuda.
Salí de órbita y caí en agujeros negros,
nebulosas y visité cuanto cuerpo celeste
estuvo a mi alcance.
Y nunca estuve satisfecho.
Ahora, sólo un asteroide en aprietos,
no tengo otra opción que confiar
en algún viejo almanaque
que aún recuerde mi nombre.

martes, 6 de marzo de 2012

"No Hay que silbar en la oscuridad".
Sí,

no debo llamar al perro ya desaparecido.
Debo regresar solo.

Jorge Tellier, Crónica del forastero (fragmento)

viernes, 2 de marzo de 2012

Incertidumbre, adiós.

Ligerito te reinventare en el lado sordo y opaco del sol.
Recuperare hilos de aire, saldare cuentas imaginarias con el banco,
y otros prestamos particulares.

Dejaré de ver televisión como pretexto para calmar la ansiedad,
y aunque no siempre recuerde los surcos de tus ojos,
conservare intacto el signo de tu mirada.


Adiós, hasta cuando sea necesario. 

martes, 28 de febrero de 2012

La invención de la soledad



Existen recuerdos varios, variados son los recuerdos. Todos y cada uno de ellos traen algo entre manos, algo que ofrecer, algo que mostrar. Algunos son quisquillosos, babosos como el ojo de un caracol que confiado y solemne  desenrolla su tripa hasta que tropieza con la realidad y retorna, histérico, a la cueva que lo pareo. Otros alardean delirio post estimulo externo. Caminas tu presente, nada te inquieta y estas tranquilo hasta que el estimulo se revela y el recuerdo lo embetuna todo de nebulosas, chispas y guirnaldas; te transporta, pierdes equilibrio, crees estar viviendo, por segundos, en otra dimensión ya experimentada y que ahora se conjuga de nuevos matices. Vomitas. Claro que algunos tienen tolerancia al vértigo y disfrutan hasta la medula del viaje. No vomitan.


La invención de la soledad de Paul Auster es un viaje. Un viaje de inmersión en donde se corre el riesgo de explotar en tiritas por la presión que amenaza en la pulpa de los fondos. Un viaje de atracción y expulsión, según las leyes que gobiernen determinadas emociones. Un lento y rápido ir y venir. Una búsqueda, una reconstrucción, una búsqueda que se desmorona, una búsqueda en reconstrucción.          

  

La memoria y sus vericuetos como escenario. Relaciones de padre, hijo, hijo, padre. Teorías literarias y reflexiones que ahora no recuerdo pero que sé me gustaron mucho.

jueves, 16 de febrero de 2012

DiaNoche

1


El día pierde gravedad,
se eleva para hundirse
en el cielo
y deja a su cola blanca
ondulando bajo la misma
frecuencia de espanto
que la cola lacerada
de aquella lagartija.

1.2

El día se arranca, se olvida del polvo que habita la tierra;
aquel mortal impertérrito, ciego de mirar lo inconcluso,
que no ha resuelto demasiado y agita, con sus manos,
el núcleo de la noche.


2

El núcleo de la noche se ha puesto a rodar sobre la mesa.
Las horas prietas se asoman por los vértices de las puertas
y solo se les puede ver si es de soslayo.

martes, 7 de febrero de 2012

De la incertidumbre de "A"

2

Amarte
es una fractura silenciosa
que bien podría llamar costra
o una costra
que bien podría llamar máscara
o una máscara
que bien podría dejar caer
si a tu nombre no le afectara

tanto
el ser nombrado.

De la incertidumbre de "A"

1


Voy a tocar
con mis manos
tu rostro
para que luego,
y en silencio,
pueda convencerme

de todos tus surcos.



jueves, 2 de febrero de 2012

De la incertidumbre de "A"

Calle esperanza

Volvamos al último peñasco de la cordillera y sobre su cuneta escarpada encendamos nuestro cigarrito. Dejemos que el frío encuentre abrigo en los huesos y con castañuelas de dientes multipliquemos un deseo.

De vuelta a Santiago re moldeemos el silencio de calle esperanza. Discutamos la huella del gato moteado que vino del tejado, y  vaciemos nuestras dudas sobre el cemento que guarda un verano sellado con nuestros nombres.
En la periferia del día y la noche.