Calle esperanza
Volvamos al último peñasco de la cordillera y sobre su cuneta escarpada encendamos nuestro cigarrito. Dejemos que el frío encuentre abrigo en los huesos y con castañuelas de dientes multipliquemos un deseo.
De vuelta a Santiago re moldeemos el silencio de calle esperanza. Discutamos la huella del gato moteado que vino del tejado, y vaciemos nuestras dudas sobre el cemento que guarda un verano sellado con nuestros nombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario