El día pierde gravedad,
se eleva para hundirse
en el cielo
y deja a su cola blanca
ondulando bajo la misma
frecuencia de espanto
que la cola lacerada
de aquella lagartija.
1.2
en el cielo
y deja a su cola blanca
ondulando bajo la misma
frecuencia de espanto
que la cola lacerada
de aquella lagartija.
1.2
El día se arranca, se olvida del polvo que habita la tierra;
aquel mortal impertérrito, ciego de mirar lo inconcluso,
que no ha resuelto demasiado y agita, con sus manos,
el núcleo de la noche.
aquel mortal impertérrito, ciego de mirar lo inconcluso,
que no ha resuelto demasiado y agita, con sus manos,
el núcleo de la noche.
2
El núcleo de la noche se ha puesto a rodar sobre la mesa.
Las horas prietas se asoman por los vértices de las puertas
y solo se les puede ver si es de soslayo.
y solo se les puede ver si es de soslayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario