No sigas especulando más al respecto. Si el relieve de azúcar que habitaba
en el fondo de la taza transparente te fue indiferente y no hizo gala a tus
aspavientos de círculos irregulares, no especules. Si la fuerza centrifuga del tintineo que ofreciste con tu sonrisa y tímidas presentaciones de fin de
semana hicieron de ti un abstracto y nunca el figurativo que pudiste haber
sido, no especules. Si ni las teclas y el estúpido valor tras la pantalla nunca
atravesaron su asombro, si tu mundo fue obtuso al acaramelado reposo de su
gestualidad, si las formalidades se hicieron cause y la espontaneidad solo
manchas de sus aguas, si todos los signos que creíste desmembrar con tanta habilidad resultaron ser hipérboles de tu ya trillada fantasía más
que respuestas de insinuación por parte de su persona, no especules. ¡Oiga!, se lo digo porque
le quiero, porque le estimo. Deje que pase. Deje que sea. Usted no está aquí
para remover el mundo de nadie, está aquí para que su mundo y el de los demás
puedan con-vivir, con-versar, cultivar y aprender de sus lenguajes. Amigo mío,
las medidas y cálculos son instrumentos precarios en manos de mortales. El amor
es ubicuo, no especule.
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